domingo, 22 de noviembre de 2009

“No significa que todo esté perdido”



“No significa que todo esté perdido”
Un pequeño aporte puede causar una gran diferencia


Por: Mayra Arias 1001 J.M.

El planeta está pasando por un momento de crisis ecológica. Existen varios problemas de contaminación y uno de las más relevantes y más graves es el calentamiento global, causado por diferentes factores como el mal manejo de los recursos naturales: el agua, el aire, la flora, y la fauna, el uso de contaminantes, aerosoles, basuras sin reciclar, emisión de gases, lluvias acidas, tala de árboles, desechos inadecuados de aparatos tecnológicos e industriales.

¡Sabías que tres cuartas partes de la superficie terrestre están cubiertas por agua! Es difícil creer que uno de los mayores problemas que la humanidad enfrentara es su escasez. De toda el agua potable que existe en el planeta. Sólo el 3% está acumulado en ríos y lagos, el resto se encuentra en los mares y en los océanos. En algunos países de África y Suramérica los pobladores deben transportar el agua en camiones para satisfacer sus necesidades.

Podemos hacer pequeños esfuerzos para cuidar este preciado líquido como: cerrar las llaves del agua mientras que enjabonamos los platos, nos bañamos la boca, lavamos nuestro carro o nos bañamos.

Otro elemento que está en peligro es el “aire”, ya que se ha contaminado por la emisión de gases producidos por fábricas, erupciones volcánicas, automóviles, quema de combustible, y la deforestación de los bosques. Estos factores no solo contribuyen a la destrucción del hábitat de muchas especies, sino que además impiden que los árboles absorban dióxido de carbono.

Para cuidar el aire y evitar su contaminación debemos evitar la tala de árboles, reciclar, y no utilizar aerosoles.
Estas pequeñas ayudas servirán mucho.

Por otra parte, otros recursos vitales que se encuentran en vía de extinción son: la Fauna y la Flora. Éstas se ven afectadas por la tala de bosques y selvas, la contaminación del agua y la adaptación de tierras para la agricultura, la ganadería y la construcción de ciudades. Estos hechos pueden traer con el tiempo “la desertificación”, es decir; la transformación de verdes y ricos ecosistemas en áridos desiertos.

Un ejemplo de estas pérdidas puede ser la “la Laguna de Fúquene”, localizada en Capellanía Fúquene. Era un hermoso lugar ecológico, con una gran cantidad de hábitat para muchos animales y plantas. Con el pasar del tiempo las personas, sin medir las consecuencias, fueron dañando su ambiente, tapando parte de sus aguas, talando su bosque y construyendo viviendas, calles y sitios turísticos.

Ayudemos a cuidar nuestros demás ecosistemas, no sigamos maltratándolos ni dañando su biodiversidad.

No podemos resignarnos a lo que nosotros mismos hemos causado. Conociendo las consecuencias de este problema tenemos que empezar a actuar y hacer todo lo que esté a nuestro alcance para evitar daños mayores…



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